Martes

16 noviembre 2006

Primera visita al reino de los muertos

Mañaria. 16 de Noviembre 2006

Querido Jesús,

Hace tiempo que deseaba escribirte esta misiva. Sabes, por Ana, que he atravesado una serie de dificultades económicas, he estado realmente ocupado levantando las ruinas de mi pequeña empresa. Todo se va arreglando y hoy puedo mirar con ilusión el futuro. En el camino han quedado los de siempre, hoy son una cuadrilla de miserables que abandonaron el barco (como ratas que son) y, por fortuna, hoy me ignoran. Te iré contando

Ana me informó, con todo lujo de detalles, la ceremonia en la que esparcieron tus cenizas en el monte que tanto amabas. Conocías mi mala salud y me fue imposible acompañar a los muchos amigos allí reunidos. Tambien conoces mi forma de pensar, la memoria se disuelve como la ceniza en el viento. Te van olvidando, recordándote poco a poco, tienes que entenderlo: tu marcha dolió. No te miento, pero para mí te habías ido hace mucho tiempo, pero quedaban cartas, llamadas, breves visitas. Sé que no estás más que en mi memoria (como antes de que aventaran tus cenizas). Sin embargo continuaré dirigiéndome al viento, escribiendo sobre la superficie de la Red. Sin motivo aparente, puro ejercicio inútil, pero sano yo al recordarte.

Cuando me sea posible iré enviándote noticias de todo lo que ocurre por aquí. Roberto y Gabriel te envían, tambien, un abrazo. Miguel y Teresa me dicen que recibas su abrazo. Con esto cumplo sus recados. No quiero entristecerte ni molestarte, pero he de serte sincero: Hoy acaba de morir nuestro gato, el último que nos quedaba. Por un lado ha resultado un alivio, por el otro queda un poso de tristeza y además hoy tenemos un día gris y llueve. Se que Ana entenderá esta tristeza pues tambien ha tenido gatos. Un día tranquilo por el que aflora en mi memoria tu recuerdo.

Te mantendré informado.